05 febrero 2011

Caza de Sangre II

+ La Camarilla +


En el suntuoso salón principal de la Mansión de los Prudentes, en los verdes suburbios de la cuidad, donde las grandes residencias son el paisaje predominante y la aparente alcurnia de sus residentes no deja margen ni siquiera para la clase media, la Progenitura discutía los recientes acontecimientos entorno al chiquillo revoltoso Malkavian. El ambiente era tenso. Los líderes de los clanes no ocultaban su preocupación e indignación por el descuido de los dementes, tomarían una decisión aquella misma noche y ésta se vislumbraba inmisericorde.

Mitchell, de los Brujah, severo y tosco como de costumbre, golpeaba por enésima vez la mesa oblonga de roble rojo, esta vez sugirió la aplicación severa de las tradiciones y propuso una cacería de sangre inmediata y exterminadora:
_ “Es imperante la destrucción de los bastardos, cada segundo que perdemos aumenta el peligro para la mascarada, debemos pararlo y pararlo ahora mismo”.  Vociferó apretando su puño en la mesa.

Charlice, de los Malkavian, se ensombreció ante la amenaza de una cacería contra vástagos de su clan, humillante, simplemente humillante. Sin embargo sabía que, en todo caso, tarde o temprano los sucesos desembocarían en ese destino funesto, después de todo el miserable de Orlando se había salido de control nuevamente desde hacía tiempo, habían tardado demasiado en reaccionar y ya no había nadie que encausase su locura.

Los sombríos personajes de la reunión, sopesando la situación, reaccionaron favorablemente a la extrema propuesta de los Brujah. Los no-vivos tienen sus reglas y el quebrantamiento de las mismas se castigan con toda la dureza necesaria, la mascarada debe prevalecer a toda costa.

Darien, líder de los Toreador, siempre elegante y locuaz, estaba también de acuerdo, como pocas veces, con Mitchell:
_”Creo que todos en el concejo concordamos con los Brujah, lo más sano es eliminar al  rebelde y a su descendencia, debemos presentarle el caso a Mondaraz para que autorice y disponga la ejecución…”

Sin embargo no había terminado de pronunciar la última palabra cuando el príncipe irrumpió en la reunión. Ataviado con su típico traje negro de ejecutivo corporativo y su bufanda de seda blanca, soberbio y magnánimo, se abrió paso entre los gentiles hasta llegar junto a la líder Markavian quien igual que todos en la sala, le reverenció.

_ “Estoy enterado de la situación, ¿A cuántos a abrazado hasta ahora?” _ Preguntó sin perder el tiempo dirigiéndose directamente a Charlice.
_ “Cuatro o cinco, mi Señor” _ contestó la líder Malkavian. Un gesto desaprobación se dibujó en el blanco rostro del príncipe, sus ojos azulados relampaguearon de ira; la  interrogada, solo bajó la cabeza, ocultando el rostro tras su blanca cabellera.

Todos estaban expectantes ante las siguientes palabras del regente. Darién intentó decir algo pero Mondaraz con un leve movimiento de mano, le calló.
_ “Realizaremos la Cacería de Sangre a menos que tengas algo que decir” _ volvió a inquirirle nuevamente a la demente, pero Charlice con la cabeza baja  le contestó escuetamente.
_“Nada tengo”.
_”Entonces, hecho está. Los ajusticiadores saldrán enseguida a destruir al Malkavian conocido como Orlando DiMarco y a todos sus vástagos. Declaro Cacería de Sangre inmediata en su contra, ¡Que Caín nos guíe!” _ Sentenció el Príncipe Ventrue Mordaraz y presurosamente dejó el lujoso salón.


Con la suerte echada y sin más que discutir, en fúnebre caravana salieron los progenitores de la mansión mirando de reojo a la Malkavian. La mayoría ponzoñosamente intrigantes, como siempre, no ocultaban la satisfacción de la sentencia. Al final solo Darien, dueño de la residencia, le exteriorizó su pesar, más bien fingido, por la situación. Charlice que abordaba su vehículo, le miró a los ojos con la furia de un loco ofendido pero no dijo nada, “primero la falaz diplomacia y luego la decapitación lenta y satisfactoria” pensó la sabia Malkavian, “ya habrán oportunidades mi querido Darien” y su automóvil se perdió en dirección a los pies de los gigantes de concreto reforzado y metal

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